La jornada del sábado era a priori la más atractiva, la que más gente iba a congregar y las expectativas eran ciertas. El día comenzó, para mí, con uno de los conciertos que mas curiosidad me daban Editors. Sabia de su buen hacer y de su fama por su país, pero dudaba de cómo seria un concierto suyo. Debido a ello me enfrente al calor y a la temprana hora y me acerque a ver como se desenvolvían. Y no lo hicieron mal pues desgranaron su último disco junto a temas del anterior, entre los que destacaban “Bones” o “Smokers Outside The Hospital Doors”.


Acto seguido acabar la banda británica, me dirigí al otro gran escenario para ver a Lilly Allen. Y como era de esperar sonaron todos sus grandes temas como “Smile”, “Alfie” o “LDN”. Pero no solo fue eso, si no que se la vio bastante contentilla gracias a que, cosa que incluso aseguro ella, iba un poco bebida. Dio lo que se esperaba, o sea marcha para que el público pudiera bailar.


Se notaba que era el día más ajetreado por que sin apenas respirar, toco ir a ver para mí la decepción del festival PJ Harvey. No tanto por ella misma si no por el sonido. Fue horroroso, tanto que se podía oír de fondo en muchos ratos el concierto de Phoenix. Creo sinceramente que fue arriesgada la propuesta de la artista simplemente por el carácter intimista que incluía.


Y después de la diva a seguir corriendo a uno de los grandes escenarios la Terminal E para ver a uno de los triunfadores del festival. ¿Qué por que? Por que ellos saben lo que hacen, lo suyo en directo es fiesta y así de bien lo pasamos el público, el cual estaba entregado. Y que mejor reflejo de ello que “Yeah Yeah Yeah Song” o “Yoshimi Battles The Pink Robots”, donde todo el publico siguió a Wayne Coyne coreando las mismas. Sencillamente genial.


Pero si eso fue bueno, mejor estuvieron los canadienses Arcade Fire. Sonaron perfectos, sin ningún pero, totalmente conjuntados, como si estuvieran poniendo un disco suyo. Claro que este hecho a más de uno le pudo hacer pensar que estafa, pero no por que no solo interpretaban al milímetro cada canción que iban tocando si no que eran capaces de transmitir una emoción a la que muchos ya gustaría llegar. Tocaron grandes temas como “No Cars Go”, “Neighborhood 2 (Laika)” o “Rebellion (lies)”. Para mí lo mejor de lo mejor del festival.


Tras el éxtasis canadiense tocaba cambiar otra vez a la Terminal E donde Kele Okereke y sus Bloc Party nos esperaba en breves momentos. Esperaba mucho de su concierto pues había leído que no llegaban a transmitir en directo pero mi idea cambio. Sonaron muy potentes tema tras tema, en los que yo destacaría “Haunting For Witches”, “The Prayer”, o esa “Helicopter” con un pequeño baño de masas pues se dejo acunar por la primera fila. Iban cayendo singles tras singles, tantos que te daba la sensación de que seria un concierto corto pero no. Sobrepasaron de manera la hora, lo que quiere decir que es un grupo que ya va para clásico pues poder tocar tanto gran tema junto a mas de uno ya le gustaría. Junto a los dos conciertos anteriores y el de Dj Shadow, de lo mejor del festival.


Tras un paro en el que no vi nada, me dirigí a la Carpa S, donde me esperaba el gran colofón del festival. Era electrónica y nada fácil pues metieron toda la tralla que pudieron, pero aun con esas 2 Many Dj’s consiguieron que el publico bailara durante una hora y tres cuartos. Entre medias algún tema conocido como “Come As You Are” de Nirvana, “Jump Around” de Cypress Hill o Arcade Fire. No se si era la mejor propuesta de antemano para acabar el festival pero visto lo visto de sobra valieron. El gran final que todo festival quiere.

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