Entrevistando a Aplasta Tus Gafas De Pasta: "No Hay Cultura Alrededor De La Música"
Sí, estamos en 2010 y el espacio musical parece estar copado por Rapidshares, Megauploads y Spotifys. Y por eso puede resultar raro que en Madrid quede espacio para un sello en CDR, de los que imprimen, recortan y encajan las portadas de los discos en casa. Sin ánimo de lucro todo, vendiendo los discos al 'precio justo' con el que recuperar la inversión. Pero el caso es que existe, y lo hace bajo un nombre que no deja indiferente: Aplasta Tus Gafas de Pasta. ¿Que por qué? Pues porque hay “indies que se creen que están por encima de los demás por escuchar música independiente, que van a conciertos alternativos como una manera de diferenciarse del resto y que crean una tendencia basada en el 'hoy te amo y al día siguiente te escupo, porque eres lo peor'”. Detrás de esta declaración de intenciones hay un par de nombres, Marco y Koldo (quienes contestan a la entrevista), que, eso sí, dejan claro que esto no es un “nosotros contra el mundo. Aplasta tus gafas de pasta va también contra mí mismo”.
El movimiento empezó en Onda Merlín, del barrio de Villaverde, todos los miércoles de cuatro a cinco de la tarde. “Surgió con el programa de radio que hacíamos los dos. Y con el tiempo se ha ramificado en un montón de cosas. Hoy por hoy tenemos la radio, el blog y el sello discográfico”, cuentan. La cosa crece, pero siempre dentro de 'ese underground'. “¿Hacer algo más serio? No, a mí lo que me gusta es la música... Si es que incluso a veces me quemo con Aplasta y digo: yo no quiero saber nada, no soy ni un periodista, ni un crítico, ni hago un sello discográfico en serio. Lo que me gusta es hacer canciones”.
Canciones. Cientos de canciones que necesitan ser oídas, que reza su lema. Y precisamente de eso se trata: de autoeditar “a los grupos de los que somos fans”. De momento, han pasado por Aplasta nombres del pop como Pablo LT, Mata A Tus Ídolos, Los Nerviosos, Gúdar, Tom Boyle y El Satélite Jameson, y muchos más incluidos en alguno de los tres recopilatorios que llevan. “Lo que nos mola es tener un montón de amigos y que salgan adelante los que nos gustan, para poder tocar con ellos y no quedarnos solos. Nos gustaría crear una especie de escena de interés entre los grupos de Aplasta”. Apoyarles, explica Marco. “Es que me siento muy mal, porque veo que los grupos de pop no tienen el respeto de la gente. No hay cultura alrededor de la música, no se valora. El es público muy cruel, valora la música como producto acabado pero no ve que eso requiere ir a conciertos de gente que está empezando, comprar CDR...”
Madrid, Barcelona, España
Y es que apoyos, lo que se dice apoyos, los pequeños grupos y sellos, en general, no cuentan con ninguno. Uno, porque, apunta Koldo, “lo de las salas es un mamoneo: si tú montas un garito y ofreces conciertos es tu problema, no me pidas que yo pague parte de ese negocio. Me parece una estafa a la que se han unido todos al nombre de 'si no lo haces, no tocas'”. Dos, porque, “¿apoyo? Solamente tienes que ver los festivales independientes que hay en Madrid: estuvo el Summercase y ya. Solamente mirando ese dato...”. Y, en fin, “siempre hay la creencia de que la cosa es mejor en Barcelona, pero no sé hasta qué punto es realidad. Todo el mundo de Madrid dice 'Joder, en Barcelona hay mogollón de salas, los grupos están super unidos, la gente te hace más caso', pero luego hablas con uno de Barcelona y te dice lo mismo de Madrid. Al final no sabes a quién creer”.
Mirando más allá de las capitales, la gente, dicen, es más agradecida. “Cuando va un grupo a una ciudad más pequeña es un acontecimiento, te tratan mejor. Incluso conocemos grupos que llevan ya años tocando que no se atreven a tocar en Madrid por el público estirado, por la crueldad, porque no tienen piedad. Como son todos de medios guays, de blogs, de revistas... como aquí está todo, lo que dicen va a misa. Y si lo haces un poco mal te ponen a parir”.
Quizá el asunto, todo él, sea de fondo y venga de arriba. “No hay interés desde nuestros padres del Estado, es decir, la Ministra de Cultura, en fomentar la música como tipo de cultura que tiene que ser reconocida por la sociedad. Compáralo con el cine”. En Dinamarca, donde Marco estuvo viviendo, “si tienes un grupo eres un músico y eres un profesional, eres una persona que está haciendo un bien social”, cuenta.
El azote de las redes
¿Internet? ¿Descargas? ¿Tema recurrente? Sí, pero sobre lo que un sello en CDR tiene algo que decir. Aunque los derroteros vayan más por lo ¿sociológico?. Y es que para sus ediciones de cien copias, a bajo precio y distribuidas en conciertos, Internet no es ningún mal, aunque ahora mismo noten que “está la cosa un poco mal... a la gente le interesa más tener los discos en formato digital que en físico”. El problema está en algo de lo que todavía no se han quejado desde las altas esferas de la industria de contenidos. Marco reflexiona y sentencia: “La cultura es una actividad social. No puede ser cultura el que yo esté en mi casa, delante de un ordenador bajándome canciones... Como el 'yo cuelgo mis canciones en internet', es un ritual antropológico que no tiene sentido. Me frustra que las redes sociales no sirvan para crear algo parecido a comunidad social, porque es todo lo contrario: las redes sociales crean individuos. Utilizo Aplasta tus gafas de pasta con una idea comunitaria y nadie lo entiende. Me gustaría que fuera realmente un punto de encuentro, pero la gente parece que dice 'déjame en paz'”. Lo dicho, pura declaración de intenciones.
El movimiento empezó en Onda Merlín, del barrio de Villaverde, todos los miércoles de cuatro a cinco de la tarde. “Surgió con el programa de radio que hacíamos los dos. Y con el tiempo se ha ramificado en un montón de cosas. Hoy por hoy tenemos la radio, el blog y el sello discográfico”, cuentan. La cosa crece, pero siempre dentro de 'ese underground'. “¿Hacer algo más serio? No, a mí lo que me gusta es la música... Si es que incluso a veces me quemo con Aplasta y digo: yo no quiero saber nada, no soy ni un periodista, ni un crítico, ni hago un sello discográfico en serio. Lo que me gusta es hacer canciones”.
Canciones. Cientos de canciones que necesitan ser oídas, que reza su lema. Y precisamente de eso se trata: de autoeditar “a los grupos de los que somos fans”. De momento, han pasado por Aplasta nombres del pop como Pablo LT, Mata A Tus Ídolos, Los Nerviosos, Gúdar, Tom Boyle y El Satélite Jameson, y muchos más incluidos en alguno de los tres recopilatorios que llevan. “Lo que nos mola es tener un montón de amigos y que salgan adelante los que nos gustan, para poder tocar con ellos y no quedarnos solos. Nos gustaría crear una especie de escena de interés entre los grupos de Aplasta”. Apoyarles, explica Marco. “Es que me siento muy mal, porque veo que los grupos de pop no tienen el respeto de la gente. No hay cultura alrededor de la música, no se valora. El es público muy cruel, valora la música como producto acabado pero no ve que eso requiere ir a conciertos de gente que está empezando, comprar CDR...”
Madrid, Barcelona, España
Y es que apoyos, lo que se dice apoyos, los pequeños grupos y sellos, en general, no cuentan con ninguno. Uno, porque, apunta Koldo, “lo de las salas es un mamoneo: si tú montas un garito y ofreces conciertos es tu problema, no me pidas que yo pague parte de ese negocio. Me parece una estafa a la que se han unido todos al nombre de 'si no lo haces, no tocas'”. Dos, porque, “¿apoyo? Solamente tienes que ver los festivales independientes que hay en Madrid: estuvo el Summercase y ya. Solamente mirando ese dato...”. Y, en fin, “siempre hay la creencia de que la cosa es mejor en Barcelona, pero no sé hasta qué punto es realidad. Todo el mundo de Madrid dice 'Joder, en Barcelona hay mogollón de salas, los grupos están super unidos, la gente te hace más caso', pero luego hablas con uno de Barcelona y te dice lo mismo de Madrid. Al final no sabes a quién creer”.
Mirando más allá de las capitales, la gente, dicen, es más agradecida. “Cuando va un grupo a una ciudad más pequeña es un acontecimiento, te tratan mejor. Incluso conocemos grupos que llevan ya años tocando que no se atreven a tocar en Madrid por el público estirado, por la crueldad, porque no tienen piedad. Como son todos de medios guays, de blogs, de revistas... como aquí está todo, lo que dicen va a misa. Y si lo haces un poco mal te ponen a parir”.
Quizá el asunto, todo él, sea de fondo y venga de arriba. “No hay interés desde nuestros padres del Estado, es decir, la Ministra de Cultura, en fomentar la música como tipo de cultura que tiene que ser reconocida por la sociedad. Compáralo con el cine”. En Dinamarca, donde Marco estuvo viviendo, “si tienes un grupo eres un músico y eres un profesional, eres una persona que está haciendo un bien social”, cuenta.
El azote de las redes
¿Internet? ¿Descargas? ¿Tema recurrente? Sí, pero sobre lo que un sello en CDR tiene algo que decir. Aunque los derroteros vayan más por lo ¿sociológico?. Y es que para sus ediciones de cien copias, a bajo precio y distribuidas en conciertos, Internet no es ningún mal, aunque ahora mismo noten que “está la cosa un poco mal... a la gente le interesa más tener los discos en formato digital que en físico”. El problema está en algo de lo que todavía no se han quejado desde las altas esferas de la industria de contenidos. Marco reflexiona y sentencia: “La cultura es una actividad social. No puede ser cultura el que yo esté en mi casa, delante de un ordenador bajándome canciones... Como el 'yo cuelgo mis canciones en internet', es un ritual antropológico que no tiene sentido. Me frustra que las redes sociales no sirvan para crear algo parecido a comunidad social, porque es todo lo contrario: las redes sociales crean individuos. Utilizo Aplasta tus gafas de pasta con una idea comunitaria y nadie lo entiende. Me gustaría que fuera realmente un punto de encuentro, pero la gente parece que dice 'déjame en paz'”. Lo dicho, pura declaración de intenciones.
Texto: Analía Plaza
Etiquetas: Aplasta Tus Gafas De Pasta, Entrevista, Indie, Madrid
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el lunes, junio 21, 2010 a las 9:20 a. m..
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