El Veredicto Final: Man's Gin - Smiling Dogs
Para empezar a hablar de Man's Gin hay que escrutar en sus orígenes. Detrás de este nombre se esconde la figura de Eric Wunder, un músico que se dio a conocer cuando junto a Phil McSorley fundó Cobalt hace 8 años. Probablemente el nombre no os sonará un carajo, normal por otra parte, puesto que estamos hablando de una banda que pronto se hizo un nombre en la escena black metal de este nuevo siglo con trabajos como su debut "War", el posterior "Eater of Birds", o más recientemente en 2009 con el aclamado "Gin", disco que entronca con este proyecto del que os voy a hablar. ¿Y como enlazar una banda de black metal a una que practica un rock acústico de fuertes influencias grunge y folk? Cobalt empezaron a despuntar cuando a su frío y cortante black metal le añadieron licencias más cercanas al post metal o el folk americano.
La idea de hacer algo tan simple como un disco basado en la guitarra y la voz le rondaba a Eric desde hacía años, pero no fue hasta que tras su periplo como batería de Jarboe durante una temporada que decidió concretar esa afición por la guitarra acústica y el folk de taberna barriobajera. "Gin", el disco de Cobalt, era un homenaje a Ernest Hemingway y Hunter S. Thompson. Man's Gin emerge como una continuación de ese homenaje pero esta vez travestido en un disco que podría ambientar varias novelas de Charles Bukowski.
Armado de la guitarra acústica en la mayoría de temas, Eric se olvida de los berridos típicos del black metal y desnuda su voz todo artificio, mostrando su arrogante y melancólico tono de barítono para armar temas que despiden el olor que se te queda pegado a la ropa cuando una noche decides emborracharte y fumar hasta que se te acabe el dinero, y que nos remite a escenas sacadas de las novelas de Bukowski y otros autores malditos. El aura de cantautor de este "Smiling Dogs" se apoya de vez en cuando en arreglos más rockeros, cercanos a la rabia de Alice in Chains y del grunge en general, pero cuya base es un rock minimalista que se cobija bajo la sombra del folk tradicional americano, oscuro y decadente, destilando rabia, solemnidad, virilidad y soledad, pero lejos de buscar en sus temas algún tipo de redención o perdón.
Un disco bien facturado con estribillos de esos que hacen daño, como el de "Smiling Dogs" o "Stone On My Head", ambiciosos y compactos temas como "Nuclear Ambition pt. 1 y 2", y apañados pasajes que destilan desde la melancolía que se siente en un bar bebiendo solo hasta la rabia contra todo y por todo, apuntalado todo ello con concisos riffs y bonitos pasajes de piano. "Smiling Dogs" no inventa nada nuevo ni es un dechado de originalidad, pero tiene la calidad suficiente para enganchar gracias a sus temas sencillos y honestos. Rock profundo, de raíces, y temas en la mejor tradición de los storytellers que nos dejan en conjunto un disco de esos que a poco que te descuides estarán en tu cabeza una temporada larga.
Texto: Sergi Tomsen-Valdec
La idea de hacer algo tan simple como un disco basado en la guitarra y la voz le rondaba a Eric desde hacía años, pero no fue hasta que tras su periplo como batería de Jarboe durante una temporada que decidió concretar esa afición por la guitarra acústica y el folk de taberna barriobajera. "Gin", el disco de Cobalt, era un homenaje a Ernest Hemingway y Hunter S. Thompson. Man's Gin emerge como una continuación de ese homenaje pero esta vez travestido en un disco que podría ambientar varias novelas de Charles Bukowski.
Armado de la guitarra acústica en la mayoría de temas, Eric se olvida de los berridos típicos del black metal y desnuda su voz todo artificio, mostrando su arrogante y melancólico tono de barítono para armar temas que despiden el olor que se te queda pegado a la ropa cuando una noche decides emborracharte y fumar hasta que se te acabe el dinero, y que nos remite a escenas sacadas de las novelas de Bukowski y otros autores malditos. El aura de cantautor de este "Smiling Dogs" se apoya de vez en cuando en arreglos más rockeros, cercanos a la rabia de Alice in Chains y del grunge en general, pero cuya base es un rock minimalista que se cobija bajo la sombra del folk tradicional americano, oscuro y decadente, destilando rabia, solemnidad, virilidad y soledad, pero lejos de buscar en sus temas algún tipo de redención o perdón.
Un disco bien facturado con estribillos de esos que hacen daño, como el de "Smiling Dogs" o "Stone On My Head", ambiciosos y compactos temas como "Nuclear Ambition pt. 1 y 2", y apañados pasajes que destilan desde la melancolía que se siente en un bar bebiendo solo hasta la rabia contra todo y por todo, apuntalado todo ello con concisos riffs y bonitos pasajes de piano. "Smiling Dogs" no inventa nada nuevo ni es un dechado de originalidad, pero tiene la calidad suficiente para enganchar gracias a sus temas sencillos y honestos. Rock profundo, de raíces, y temas en la mejor tradición de los storytellers que nos dejan en conjunto un disco de esos que a poco que te descuides estarán en tu cabeza una temporada larga.
Texto: Sergi Tomsen-Valdec
Etiquetas: El Veredicto Final, Estados Unidos, Folk, Man's Gin