Dropkick Murphys + The Mahones @ Sala Heineken, Madrid (22-01-10)
Hace ya más de 6 años de cuando escuche por primera vez aquella versión del "Gonna Be a Blackout Tonight" de Woody Guthrie por parte de, entonces al menos para mi, Dropick Murphys. Desde los primeros acordes me enamoro por dentro aquella versión punk de una canción clásica de uno de esos artistas country que tanto sonaban en mi casa gracias a mi hermano.
A partir de entonces fue todo rodado, pues fui corriendo a escuchar el resto del cd, el cual me acabo por enganchar, convirtiéndose en uno de los mas escuchados aquel verano, pues no había día en que me pusiera a cantar sus canciones de bar, tan fáciles como adictivas. Unos momentos que no se repetirían nunca más, pues sus dos siguientes discos no me atraparon tanto como aquel "Blackout". ¿Que tenía aquel disco que no volví a escuchar desde entonces? Una inmediatez que convertía cada nota que tenía en algo fácil de recordar, pero sobre todo de tararear, de ahí que desde que se termino por primera vez "Blackout" quisiera verles en concierto. Pero no ha sido hasta el pasado 22 de enero cuando he podido ver cumplido mi sueño.
¿Vería entonces un volver a su mejor época, al menos para el que escribe, o por el contrario se centrarían más en sus últimos dos discos? Yo era escéptico, pero acabe por convencerme, pues sonara lo que sonara me iba a divertir, que para eso era su música, y para eso había venido. Antes de todo ello, tocaron sus amigos The Mahones, banda canadiense con la que iban a compartir gira a partir de entonces, la cual era ideal para calentar al publico. Unos espectadores bastante variopintos, pues no teníamos al clásico punk de cuero y botas, sino que por el contrario había una amalgama de gente que remarcaba más que la música de los de Boston, aun conservando el punk de sus inicios, ya era más rock que oi. Un aspecto con el que han ganado, pues ahora son más conocidos, sobre todo tras la inclusión de "I'm Shipping Up To Boston" en la banda sonora de Infiltrados.
Pero eso no iba a significar que íbamos a tener una banda mas tranquila y con menos ganas de juerga, sino todo lo contrario, nos contagiaron con su energía, pues desde los primeros instantes con "", nos transmitieron su fuerza y sus ganas. A partir de entonces todo vino rodado, sonando temas de todo tipo, entre los que estaban los consabidos de "Blackout", es decir, "Walk Away", "Fields Of Athenry", "The Dirty Glass", "Buried Alive", "Worker's Song", "Black Velvet Band", "Bastards On Parade", como de otros discos, "The State Of Massachusetts", la antes mencionada "I'm Shipping Up To Boston" o "The Warrior's Code". Así más de 20 canciones las cuales parecían que iban a tener su final en "Kiss Me, I'm Shitfaced", tema en el que pidieron que subieran chicas del público para disfrutar junto a ellos encima del escenario, pero que luego no fue así, pues volvieron a salir para darnos el ya de sobras conocido bis, el cual en este caso alargo el setlist hasta las 26 canciones, terminando, esta vez si, con "Boys On The Docks", en la que como en su anterior "despedida" pidieron que subiera público, pero no femenino sino masculino. Gestos con los que demostraron que a pesar de haber conseguido cierto estatus y ser reconocidos por muchos dentro de la escena, siguen siendo esa banda amable y cercana, la cual dan todo por sudar junto a sus fans.
¿Irrepetible? Quizás es muy lanzado decir que si, pero al menos los que allí estuvimos nos fuimos con un muy buen sabor de boca, sabiendo que ocasiones así pocas veces se pueden disfrutar tan de cerca.
A partir de entonces fue todo rodado, pues fui corriendo a escuchar el resto del cd, el cual me acabo por enganchar, convirtiéndose en uno de los mas escuchados aquel verano, pues no había día en que me pusiera a cantar sus canciones de bar, tan fáciles como adictivas. Unos momentos que no se repetirían nunca más, pues sus dos siguientes discos no me atraparon tanto como aquel "Blackout". ¿Que tenía aquel disco que no volví a escuchar desde entonces? Una inmediatez que convertía cada nota que tenía en algo fácil de recordar, pero sobre todo de tararear, de ahí que desde que se termino por primera vez "Blackout" quisiera verles en concierto. Pero no ha sido hasta el pasado 22 de enero cuando he podido ver cumplido mi sueño.
¿Vería entonces un volver a su mejor época, al menos para el que escribe, o por el contrario se centrarían más en sus últimos dos discos? Yo era escéptico, pero acabe por convencerme, pues sonara lo que sonara me iba a divertir, que para eso era su música, y para eso había venido. Antes de todo ello, tocaron sus amigos The Mahones, banda canadiense con la que iban a compartir gira a partir de entonces, la cual era ideal para calentar al publico. Unos espectadores bastante variopintos, pues no teníamos al clásico punk de cuero y botas, sino que por el contrario había una amalgama de gente que remarcaba más que la música de los de Boston, aun conservando el punk de sus inicios, ya era más rock que oi. Un aspecto con el que han ganado, pues ahora son más conocidos, sobre todo tras la inclusión de "I'm Shipping Up To Boston" en la banda sonora de Infiltrados.
Pero eso no iba a significar que íbamos a tener una banda mas tranquila y con menos ganas de juerga, sino todo lo contrario, nos contagiaron con su energía, pues desde los primeros instantes con "", nos transmitieron su fuerza y sus ganas. A partir de entonces todo vino rodado, sonando temas de todo tipo, entre los que estaban los consabidos de "Blackout", es decir, "Walk Away", "Fields Of Athenry", "The Dirty Glass", "Buried Alive", "Worker's Song", "Black Velvet Band", "Bastards On Parade", como de otros discos, "The State Of Massachusetts", la antes mencionada "I'm Shipping Up To Boston" o "The Warrior's Code". Así más de 20 canciones las cuales parecían que iban a tener su final en "Kiss Me, I'm Shitfaced", tema en el que pidieron que subieran chicas del público para disfrutar junto a ellos encima del escenario, pero que luego no fue así, pues volvieron a salir para darnos el ya de sobras conocido bis, el cual en este caso alargo el setlist hasta las 26 canciones, terminando, esta vez si, con "Boys On The Docks", en la que como en su anterior "despedida" pidieron que subiera público, pero no femenino sino masculino. Gestos con los que demostraron que a pesar de haber conseguido cierto estatus y ser reconocidos por muchos dentro de la escena, siguen siendo esa banda amable y cercana, la cual dan todo por sudar junto a sus fans.
¿Irrepetible? Quizás es muy lanzado decir que si, pero al menos los que allí estuvimos nos fuimos con un muy buen sabor de boca, sabiendo que ocasiones así pocas veces se pueden disfrutar tan de cerca.
Dropkick Murphys Setlist
- Famous For Nothing
- The State Of Massachusetts
- Johnny, I Hardly Knew Ya
- (F)lannigan's Ball
- Sunshine Highway
- Heroes From Our Past
- Bastards On Parade
- God Willing
- The Spicy McHaggis Jig
- Buried Alive
- Walk Away
- Black Velvet Band
- The Warrior's Code
- Citizen C.I.A.
- Fields Of Athenry
- Captain Kelly's Kitchen
- The Gauntlet
- The Dirty Glass
- Wheel Of Misfortune
- Worker's Song
- Never Forget
- Barroom Hero
- Kiss Me, I'm Shitfaced
- I'm Shipping Up To Boston
- Skinhead On The MBTA
- Boys on the Docks
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Etiquetas: Boston, Canada, Concierto, Dropkick Murphys, Madrid, Punk, Sala Heineken, The Mahones
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el jueves, febrero 04, 2010 a las 1:25 a. m..
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