<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d17412052\x26blogName\x3dEl+Peso+De+La+Vida\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dBLUE\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://elpesodelavida.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3des_ES\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://elpesodelavida.blogspot.com/\x26vt\x3d6924321375050697352', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>
El Peso de la Vida

El Veredicto Final: The Jim Jones Revue - Burning Your House Down


En el mundo de la óptica, el prisma es un elemento que refracta, refleja y descompone la luz cuando esta la atraviesa y nos muestra el espectro de colores que la forman. Si tomamos esos siete colores que salen a partir de ese prisma se obtienen lo que comúnmente se llaman colores primarios y secundarios. Los primeros no se pueden obtener mezclando ningún otro color y los segundos son lo que se obtiene con la mezcla a partes iguales de los primarios. Estos colores sirven de base para luego crear el amplio espectro de variaciones cromáticas que usamos o percibimos con nuestra vista, con infinidad de tonos, tantos como seamos capaces de imaginar. Estableciendo este burdo paralelismo nos podemos imaginar el rock n roll como una paleta de colores, y a través de la mezcla de sus colores primarios y secundarios, con el paso del tiempo es cuando se han ido obteniendo las distintas tonalidades/estilos que han hecho del género una especie de catálogo pantone de música inabarcable e interminable.

Hoy en día el rock es algo que queda lejos de aquellos inicios con mitos como Little Richard, Elvis, Buddy Holly o Jerry Lee Lewis. Con el se ha experimentado, se ha evolucionado e incluso se ha convertido en todo un modo de vida. Elevado a la enésima potencia en sus años dorados durante los 60 y los 70, a veces parece que volver la vista un poco más atrás les cuesta a muchos, a pesar de que alguno de los arriba mencionados eran más punkis y tenían más actitud que bastantes de sus descendientes. The Jim Jones Revue han preferido inspirarse en ellos, los "colores primarios", para dar rienda suelta a su música. Hace dos años nos incendiaron a todos con un espectacular debut en el que mamaban del rojo/azul/verde del género para parir un puñado de canciones que rebosaban testosterona y actitud a raudales. Un retorno al sonido del rock de los cincuenta con un nihilista piano que cabalgaba a través de grasientos riffs de guitarra sazonados por la visceral energía de su vocalista. Y ahora vuelven a la carga de nuevo con un amenazante título en el que nos advierten que van a quemar nuestra casa, algo que perfectamente podría suceder con el octanaje de la gasolina que parece que suden esta gente mientras las canciones se van sucediendo.

Esta vez ayudados en las tareas de producción por Jim Sclavunos (Nick Cave and The Bad Seeds / Grinderman), las huestes de Jim Jones siguen la senda que marcaron temas como "Rock'n Roll Psychosis" o "Princess And The Frog" pero domando aquella suciedad que primaba en su debut para crear un ente algo más cristalino, un poco más reposado en la concepción de algunos temas, pero que invitan a subir el volumen a niveles demenciales y montar una salvaje fiesta en casa. Con más presencia del piano, ese injusto y maltratado instrumento que parece ser que para la mayoría de la gente solo sirve para las lentas, The Jim Jones Revue se marcan otro ejercicio de infernal rock'n'roll anabolizado con raíces blues y actitud punk, donde hacen declaraciones de intenciones de profético título como "Elemental" (el azul/rojo/verde de su sonido) y nos dejan con la cadera rota tratando de seguirles el paso con "High Horse", "Big Len" o "Killin' Spree". Esa parte más reposada que mencionaba antes se convierte en temas como el que da título al disco o "Righteous Wrong", algo más alargados y donde las pantanosas y profundas raíces blueseras emergen a la superficie, logrando junto con esas incursiones que hacen en el punk a la hora de acometer los temas un disco más variado que su debut, más cohesionado y hasta más bailable.

Con este trabajo Jim Jones se asienta como no lo logró con sus míticos Thee Hypnotics o los efímeros Black Moses. Pocos grupos vais a encontrar hoy en día que hagan un rock tan pasional y visceral, y que además hagan un homenaje a las raíces del género de una manera tan honesta, atrevida y vigorosa. Como suele suceder en estos casos, el factor sorpresa se ha perdido y los que nos dimos de bruces con el piano de la portada de su debut sabemos lo que vamos a encontrar, pero eso no resta mérito alguno a este disco, con el que consiguen patear unos cuantos culos y redondear su temario para cuando vengan a visitarnos en concierto. Y esta es otra, el día que The Jim Jones Revue se acerquen a vuestra ciudad, ni os lo penséis: Puro fuego sobre el escenario.

Texto: Sergi Tomsen-Valdec

Etiquetas: , , ,

« Home | Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »

» Publicar un comentario