Existe una teoría, que en muchos casos se da, que dice que todo tiene un principio y un final, por mucho que nos pese, y en el panorama festivalero no iba a ser menos. En el hemos visto de todo: festivales que empiezan como un torpedo, pero que acaban desinflandose; otros que de tapados llegan a ser la esperanza de la escena; currantes año tras año encargándose de poner banda sonora a nuestros veranos; etc. Sea como sea, a partir del año que viene, el Contempopranea cambiará de categoría, pues según cuenta la organización se están planteando el futuro del festival: si dejarse llevar por la fama de su nombre y aumentar de nivel, o por el contrario, volver a sus inicios menudos pero no por ello menos interesantes. ¿Pero cual ha sido el motivo que les ha llevado a tener que plantearse un cambio?

Pero no todo ha estado a nuestro favor, nuevamente, hemos tenido que padecer los inconvenientes de un alojamiento caro y de mala calidad. Han sido muchas las cartas recibidas denunciando hechos muy lamentables con muchos alquileres de casas particulares.

En todo festival que se precie, y que quiera conseguir quedarse en un lugar fijo año tras año, necesita estar respaldado por la población donde se realiza, ya sea a nivel institucional ayudando a su montaje o a nivel de la gente de la zona ayudando a los asistentes al mismo. Consiguiendo ambos se logra establecer un evento y que la gente te empiece a conocer. En el caso que aquí nos interesa parecía hasta hace poco, al menos, que dichos dos aspectos se tenían, pero de unos años para acá empezaron a saltar las alarmas:

A este respecto, y para despejar toda sombra de duda, la organización del festival nunca ha tenido nada que ver con la gestión de las casas de alquiler ni con aquellos que la gestionan. Siempre nos hemos limitado a informar en la web del festival de las diferentes opciones de alojamientos, y un año más, nos hemos sentido engañados: organización y público. Nosotros también hemos sufrido los precios desorbitados de casas sin un mínimo de habitabilidad. Hemos tenido problemas para alojar a nuestro personal técnico, a los artistas… muchas veces la producción del festival ha peligrado por no disponer de un alojamiento cercano y digno. Hemos aguantado esta situación estos últimos tres años con la esperanza de que se tomaría conciencia tras nuestros constantes avisos a la población en los medios locales, también por amor a nuestro festival y a nuestro pueblo, pero después de 15 ediciones vemos que el problema continúa y se agrava.

Muchos pensaréis que la solución al problema es fácil, ya que con poner una zona de acampada suficiente para todos y cada uno de los asistentes al festival basta, pero no, pues aun existen eventos que tienen difícil la obtención de un lugar idóneo, así como respetuoso con la naturaleza, donde dejar montar las tiendas de campaña del público. Uno de ellos es el badajocense, que tras 15 años, aun no puede hablar de tener una zona especifica tan grande como el público pide, de ahí que surjan los problemas que han surgido, más si cabe cuando parte de la gente que va a disfrutar de lo mejor de nuestra escena indie pop quiere tener algo más de calidad a la hora de dormir y escoge otras propuestas menos "sucias" (perdón por el uso de este termino). Hasta ahí puede ser todo muy normal, pues son cosas del día a día de cualquier festival español y europeo, pero no, pues cuando te das la vuelta te das cuenta de como la propia gente de la zona (y sobre todo del pueblo de Alburquerque) se aprovecha de la situación e intenta sacar el máximo beneficio posible. Aunque en una economía capitalista como en la que vivimos se puede ver "normal" la actitud de ciertos habitantes locales no lo es puesto que al final y al cabo el que se beneficia de que exista el Contempopranea son los que viven por allí. Problemas, aunque más actitudes, que llevan asqueando el suficiente tiempo a la organización, que ya se esta planteando cosas drásticas, pero serias:

Una situación que viene repitiéndose año tras año, y que injustamente vienen padeciendo un mayor número de asistentes. "Un público que se deja el dinero y su exquisito comportamiento debería de haber sido tratado con más cariño". Es el cuento de las gallina de los huevos de oro.... Nos vemos en la obligación moral de cerrar un ciclo y abrir otro. Barajamos varias opciones, entre ellas, un festival en Alburquerque con un formato distinto para menos espectadores y adaptado a lo que el pueblo puede asumir, sin descartar la posibilidad de crecer en un entorno mayor con suficiente infraestructura hotelera y que mantenga el encanto y la magia que nos ha caracterizado. El futuro nos dirá. Por el pop y por vosotros.

¿Que es lo que pasará de aquí en un futuro? No se sabe, pues ambas opciones son viables y aceptables, ya que aunque no hubiera pasado lo arriba mencionado igualmente le habría llegado el momento de tener que escoger: o seguir para arriba en una localidad cercana más grande, que acepte el aumento de público, y que lo lleve a cotas más altas, y lo vaya situando cada vez más cerca del Primavera Sound y el FIB, sus hermanos mayores; o quedarse en aquel lugar mágico y con encanto, gracias al limitado nivel de espectadores, que no hace sino acercar mejor lo allí propuesto a cada una de las personas allí presentes. Difícil escoger entre una o la otra, aunque viendo lo que ha pasado y valorándolo de manera justa, lo mejor es que recojan sus bartulos y se vayan a un lugar donde les quieran más y donde puedan aumentar, aunque sea solo un poquito más, y así poder acoger a todos los fans deseosos de pasarse por allí. Pero esa es mi opinión y al final quien decidirá que pasa será la organización.

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